LOS 100 DEMONIOS

My Photo
Name:
Location: Gral Pacheco, Buenos Aires, Argentina

Escritor de Ciencia Ficción, Terror y Humor Negro. Por descarte, Poeta. Perseguidor de gente inocente con elementos contundentes y ambiguas intenciones. Maestro en el arte de la incostancia. Cinta negra de Karaoke y entrenador vocal de Karate. ¿Que más se le puede pedir al olmo?

Monday, May 08, 2006

El Maringiak

Sucedió en una fría noche de invierno, que el Maringiak habló desde el hueco de una pistola Smith&Wesson justo en el oído de Sir Edmund Stevenson en el mismo momento en que éste pretendía volarse la tapa de los sesos. La espaciosa sala de la mansión resplandecía al calor del hogar, y desde los mullidos sillones de seda roja, los dos gatos de Mister Stevenson salieron de su felino sopor y articularon las orejas en dirección a aquella curiosa voz.
Cuales fueron exactamente las palabras del Maringiak no lo sé, porque éste tipo de demonios suelen hablar en voz muy baja y en general lo hacen atropelladamente cómo si alguien o algo los estuviera apurando a trasmitir el mensaje. Lo único que entendí con claridad fueron dos simples palabras: Familia y Porvenir.
Y tal vez, de forma milagrosa eso era todo lo que Sir Edmund Stevenson ( el hombre más melancólico y solitario de Inglaterra ) necesitaba oir.
¿A cambio de qué? Alcanzó a preguntar Edmund con voz temblorosa pero el demonio ya se había marchado.
Entonces Edmund bajó el arma y lloró de alivio durante varios minutos.

Exactamente diez años después, en una espedición de caza organizada en un bosque de su propiedad Sir Edmund Stevenson mató a su único hijo de un escopetazo accidental.

Los Catabolignes


Aquellas personas que caen bajo las garras de éstos perversos demonios pueden sufrir la desgracia de morir dos veces. Tal fue el caso de Emily Hayden quien falleció de causas naturales a la edad de 75 años y que fué enterrada en el Cementerio Saint Luis de Nueva Orleans.Después de medianoche, Emily escuchó unas voces que la llamaban a coro por su nombre, creyendo que se trataba de sus dos nietos Roger y Celine abrió repentinamente los ojos y se encontró encerrada en su ataúd. Pasada la confusión inicial comprendió la crueldad de su situación y ya no paró de gritar. Con dedos crispados arañó en la oscuridad hasta que sus brazos ancianos cayeron vencidos de cansancio. Unos minutos más tarde el pánico y la falta de oxígeno le provocaron un paro cardio-respiratorio.Lo último que escuchó Emily Hayden antes de expirar fueron unas roncas risas burlándose de ella y la promesa de que pronto la volverían a despertar.